No, esto no va de médicos, simplemente es que estoy de cumpleaños y como buena marica criada en los principios del folclore andaluz no me gusta ni cumplir años, ni decir mi edad.
Aunque acepte regalos como ofrendas a este cuerpo serrano no soy de muchas fiestas y el día de mi cumpleaños suelo estar más triste que contento. Ese sentimiento no es exclusivo mío, en realidad a nadie le gusta cumplir años, ni siquiera a los niños (en su fondo), ¿o sino porque al final el cumpleañero acaba casi siempre llorando en sus fiestas?...eso es, la pena del paso del tiempo pesa en nuestro subconsciente.
Mirar, no se a vosotras pero a mi se me están cayendo ya las carnes, se que aún soy muy joven pero ¡¡yo me lo noto!!. Miro las fotos de no hace mucho tiempo atrás y veo esa cara que yo tenía pa hacer una medallita de oro con ella y me veo ahora y pienso...¿cuando es el momento oportuno para empezar con los tratamientos de belleza? Porque yo estoy MUY A FAVOR, no tiene nada de malo un pinchacito por aquí, una infiltración por allá, ahora una radiofrecuencia, un peeling, un fisting, ¡un lo que haga falta! pa´que esta cara pueda seguir tallandose en un camafeo de marfil.
Luego no hablemos de las canas... que si, que si, que a un hombre le sientan bien, que se te ve muy interesante etc pero yo me miro al espejo cada fucking día y me asemejo a algo así:
Digáis lo que digáis, son un maldito y constante recuerdo del paso de los años, pero cuando te empiezan a salir en la barba y los huevos ya no son tan bonitas. Además no estoy a favor del tinte capilar masculino así que quedaos vosotras con el Lady Grecian.
Total, que a día de hoy veo mi futuro y la luz al final del túnel y solo me quedan tres caminos:
1. El coñazo y socialmente forzado esfuerzo de ir al gimnasio como cochino al matadero para mantener este cuerpo firme como lichi mientras tomo una dieta sana repleta de antoxidantes como si no hubiera un mañana y me echo cremas mil y demás mierdas para mantener esta cara como protegida por la Unesco.
2. Raptar y obligar a Jordi Hurtado a que me cuente el secreto de su eterna juventud o beberme sus sangre y aspirar su alma.
3. Dejarme a mi suerte y envejecer dignamente como Carmen Sevilla, usando fajas y esparadrapos escondidos estrategicamente por todo mi cuerpo.
Pase lo que pase como siempre seguire muy digna.
Con todo mi cariño a todos los que me felicitaron y me felicitarán a lo largo del día y con un saludo especial a mis enemigas que desean verme ajada y eligiendo cara;
3. Dejarme a mi suerte y envejecer dignamente como Carmen Sevilla, usando fajas y esparadrapos escondidos estrategicamente por todo mi cuerpo.
Pase lo que pase como siempre seguire muy digna.
Con todo mi cariño a todos los que me felicitaron y me felicitarán a lo largo del día y con un saludo especial a mis enemigas que desean verme ajada y eligiendo cara;